Todos crecemos y aprendemos cometiendo errores. Son inevitables
en cualquier actividad. Pero el problema no está en cometerlos sino en
persistir en ellos. En los negocios, detectar los errores a tiempo puede salvar
tu empresa.
A parte de lo que te voy a mostrar, me encuentro
habitualmente que el problema mayor está en que el emprendedor admita que se
está equivocando. Es una actitud habitual el que a todos nos cueste admitir que
estamos haciendo las cosas mal, porque aceptar que estás cometiendo errores y
tener voluntad de cambio, implica que has de tener la humildad suficiente. Si
lo haces, estarás en la vía de solucionarlo.
Al no haber un manual de instrucciones para emprendedores,
son muchos los que caen en el precipicio. Estos son los errores habituales que
me encuentro con las personas que inician sus negocios:
1- Confundir ser emprendedor con empresario
El emprendedor crea empresa. El empresario la gestiona y
dirige. El no distinguir esta diferencia, lleva a muchos a cerrar sus negocios.
Para ser emprendedor no necesitas habilidades de gestión, para ser empresario
sí. Además está el componente emocional, ya que a la mayoría de los
emprendedores lo que les motiva es la parte creativa, mientras que la dirección
y gestión del día a día, suele aburrirles.
2- Confundir idea con negocio
Si logras disfrutar con tu actividad, tendrás mayores
posibilidades de que te vaya bien, pero no confundas la diversión o una buena
idea con el negocio. Veo como muchos emprendedores han iniciado una empresa en
un sector que les motiva, pero ni siquiera se han planteado cuáles son las
necesidades que existen en ese nicho de mercado ni cómo van a solventarlas.
3-Capital insuficiente
El emprendedor novato suele enfocarse en el capital inicial
para arrancar su negocio y no tiene en cuenta lo que ocurrirá después. Muchos
negocios cierran porque no hicieron una buena previsión de liquidez. Son como
un avión que lleva mucho tiempo circulando por la pista y cuando está a punto
de despegar se queda sin gasolina.
En tu plan de negocio, hay que prever siempre el peor de los
escenarios y realizar una provisión de fondos suficiente, reduciendo al mínimo
los costes fijos.
4- Mala o nula planificación y organización
Al emprendedor le caracteriza la acción. Suele ser persona
decidida y motivada, pero rara vez planifica y se organiza de forma adecuada.
En tu negocio es de vital importancia y si no estás solo mucho más, puesto que
tendrás que aprender a delegar y a definir muy bien tus objetivos.
5- Falta de conocimientos
La actitud es muy importante y es como el valor en el
ejército “se le supone”, pero para llevar tu negocio con éxito necesitas,
además de tu deseo y motivación, necesitas conocimientos específicos sobre tu
actividad y sector, para convertirte realmente en empresario. Muchos confunden
su profesión con su negocio y ese es un gran error. Ser escritor no es lo mismo
que dirigir una editorial, del mismo modo que ser albañil no es lo mismo que
tener una empresa constructora.
Fuente: Las Leyes del Exito